Bautizos

Esta es una pregunta justa. Algunas iglesias bautizan a los bebés, mientras que otras eligen no hacerlo. Aunque los cristianos pueden debatir sobre esto, nunca debemos dividirnos por ello. Muchos asistentes actuales de 3Crosses fueron bautizados de bebés. En 3Crosses, no bautizamos bebés simplemente porque cada bautismo registrado en la Biblia ocurrió cuando la persona tenía la edad suficiente para tomar una decisión de fe. Jesús bendijo a los niños, pero no los bautizó.

El bautismo infantil no se convirtió en una práctica ampliamente extendida hasta aproximadamente 400 años después del nacimiento de la iglesia cristiana, cuando Agustín desarrolló la teología del "pecado original". En resumen, esta idea significa que cuando los niños nacen, no solo son pecadores, sino que Dios los considera responsables de sus pecados. Por lo tanto, si un bebé fallecía, Agustín creía que Dios lo separaría del Señor por toda la eternidad a menos que el niño fuera salvado (a través del sacramento del Santo Bautismo). Dado que la tasa de mortalidad infantil era alta en aquellos tiempos, la práctica del bautismo infantil se difundió rápidamente.

3Crosses se adhiere a la enseñanza bíblica implícita de que hay una edad de entendimiento y responsabilidad cuando las personas son lo suficientemente maduras para comprender su necesidad de perdón y, por lo tanto, tomar una decisión de fe por sí mismas. Solo Dios conoce realmente esa edad y puede diferir para cada niño. Si los niños fallecen antes de esa edad, creemos que van al cielo.

Si fuiste bautizado de bebé, ese fue sin duda un momento especial para tu familia también. Sin embargo, en 3Crosses, el bautismo infantil es similar a lo que llamamos 'dedicación de niños.' Una vez que llegues a la edad en que decides seguir a Jesús, el bautismo de creyente es tu siguiente paso. No tengas miedo de ser re-bautizado como un acto de adoración y obediencia a Cristo.

Ya sea agua en un tanque, una bañera, una piscina o el océano, no hay nada especial en el agua misma (1 Pedro 3:21). La Biblia es clara al decir que somos salvados por la gracia de Dios, a través de la fe en Jesús (Efesios 2:8-9), no por el bautismo ni por ninguna otra obra propia. El bautismo no nos salva. Es mejor pensarlo de esta manera: el bautismo es para la salvación lo que una ceremonia de bodas es para el matrimonio. Es una declaración externa de un evento interno.

Antes de que Jesús derramara Su sangre por nosotros, Juan el Bautista bautizaba a las personas con agua para simbolizar que iban a apartarse de sus pecados y vivir según el camino de Dios. Hablaba de un bautismo mejor que Jesús cumpliría y perfeccionaría (Mateo 3:11). La sangre de Cristo en la cruz es realmente lo que limpia los pecados y paga nuestra deuda (Efesios 1:7).

El bautismo es la señal de la conversión que los creyentes en Cristo han experimentado, no el medio de la conversión. Refuerza y edifica nuestra fe mientras profesamos públicamente que somos parte de la familia de Dios.

Está claramente establecido en la Biblia que te conviertes en cristiano al aceptar el regalo gratuito de la gracia de Dios (Efesios 2:8-9). Por ejemplo, el ladrón en la cruz que estaba al lado de Jesús fue salvado en el acto y nunca fue bautizado (Lucas 23:43). Aunque el bautismo no es lo que nos salva, es necesario en el sentido de que Jesús lo manda (Mateo 28:19-20). Todos los verdaderos seguidores de Cristo deberían querer obedecer a Jesús haciendo lo que Él dijo y lo que Él hizo (Juan 14:23 y 1 Juan 2:6). Incluso Jesús, el Hijo perfecto de Dios, nos mostró la importancia del bautismo al ser bautizado Él mismo (Mateo 3:13-17).

Si estás posponiendo tu bautismo porque lo consideras una "formalidad" o innecesario, tómate un tiempo para examinar tus motivos y ora a Dios para que te ayude a entender Su perspectiva sobre el bautismo. Pregúntate, "¿Por qué no quiero ser bautizado? ¿Estoy desobedeciendo voluntariamente?" Si estás esperando que Dios te impulse directamente a ser bautizado, ¡no necesitas esperar más! Él ya te desafía a cada seguidor de Cristo a través de Su Palabra.

Imagina la iglesia primitiva, alrededor del año 33 d.C. Pedro está predicando a una gran multitud en las escaleras del templo. Más de 3,000 personas dicen "sí" a aceptar a Cristo, se apartan de sus pecados y se bautizan (Hechos 2:38-41). ¡Todo en el mismo día! El bautismo era prácticamente lo primero que hacía un nuevo seguidor de Cristo después de responder con fe a las buenas nuevas del Evangelio. De hecho, el bautismo es un acto de obediencia que Jesús espera de cada creyente. En los primeros días, sería difícil encontrar un seguidor de Cristo no bautizado en ninguna parte.

Jesús instruyó: "Cree y sé bautizado" (Marcos 16:16), y eso es lo que hicieron aquellos que eligieron alinearse con Jesús. Las palabras de Jesús son un mandato para que manifestemos nuestra nueva fe públicamente. El bautismo es una señal externa de una experiencia de conversión interna, y es una celebración de una nueva vida en Cristo. Según Romanos 6:4, el bautismo nos identifica con la muerte de Cristo (cuando descendemos al agua) y con Su resurrección (cuando salimos). En el bautismo, el creyente muere simbólicamente al viejo yo para convertirse en una persona completamente nueva que pone a Jesús al mando de su vida.

En 3Crosses, tenemos múltiples servicios de "Celebración de Nueva Vida" cada año. Realizamos los bautismos en el "tanque" en el santuario durante nuestros servicios de fin de semana; la persona que se bautiza es sumergida completamente bajo el agua.

Mientras que algunas iglesias practican el aspersión, el bautismo por inmersión fue la práctica indiscutida durante los primeros 1,300 años de la historia de la iglesia, según el historiador católico Brenner. De hecho, ningún líder denominacional temprano discutió este hecho. La palabra "bautismo" significa "sumergir" y eso es lo que registra la Biblia, por lo que en 3Crosses creemos que, si estás físicamente capacitado, deberías ser completamente sumergido. El aspersión comenzó como una conveniencia más tarde en la historia de la iglesia debido principalmente a la escasez de agua, y también se convirtió en el modo de bautismo más práctico para bautizar a los infantes.

Una vez más, no hay un significado real en el agua en sí misma, ya sea en un tanque, una piscina, una bañera o el océano. En Hechos 8:26-38, Felipe, un discípulo de Jesús, guió a un hombre a Cristo mientras viajaba por el camino. Mientras iban de viaje, llegaron a un lugar con agua, y el nuevo seguidor de Cristo dijo: "¿Qué impide que me bautice allí?" Y así lo hizo, y continuó su camino gozoso.